miércoles, 5 de febrero de 2014

Muebles de exterior, cuidados

Francamente el mobiliario de madera que tenemos en nuestros jardines y terrazas, en ocasiones representa un problema el mantenerlo sano y bonito ya que se encuentra expuesto a la intemperie y tanto los rayos solares como la lluvia, producen un importante deterioró en ellos, es mucha la gente que por inexperiencia al cabo de un período de adquirirlos les aplica una mano de barniz, desliz, la madera ubicada en exteriores tiene que ser tratada siempre con imprimaciones a poro abierto, debido a que los barnices producen una lamina que no deja respirar a la madera y esa misma película en escaso tiempo le producirán bolsas con lo cual no conseguimos nada, a mas, que al no permitir una correcta transpiración puede producir deterioros en la madera.
Voy a proponer unos pequeños consejos para restituir la belleza de nuestros muebles. Inicialmente eliminaremos los partes de barniz, mediante un decapante , seguir al pie de la letra los consejos que recomienda el fabricante, a continuación se pasa una lija fina para dejarlo fino pero con el poro abierto, lo más normal que tenga partes ennegrecidas, esto es porque está siendo afectada por mohos, para eliminarlos fregaremos bien el mueble con un fungicida, la lejía puede valer, prontamente observaremos que las manchas oscuras desaparecen, en este momento tendremos un mueble saneado, listo para decorarlo.
El adornarlo es un tema muy particular y depende del resto del jardín, si le queremos aplicar un color concreto, aplicaremos un lasur a poro abierto de alta calidad, para exteriores, en el mercado hay una extensa escala de colores de distintas marcas, todas ellas con excelentes calidades, con esta imprimación y el tratamiento preliminar nos olvidaremos del entretenimiento de los muebles durante mucho tiempo.
Si preferimos el aspecto propio natural de la madera del mueble, en que ha quedado después del proceso de reparación anterior, bastara con aplicarle un aceite vegetal de teca, puede ser incoloro o con un pequeño toque ambarino.